
Durante su presentación esta persona nos habló de su historia como emprendedor, de los muchos errores, sacrificios, penas y satisfacciones que había experimentado durante los últimos años.
Hasta cuando tomé esa clase, nunca antes se me había ocurrido la idea de ser emprendedor. Siempre había considerado que la mejor manera de desarrollar una vida profesional era trabajando para una compañía reconocida y ‘hacer carrera.’
Lo que más me atrae del emprendimiento es la idea de crear algo de la nada, de dejar un legado, y la habilidad de impactar la vida de otras personas. En las carreras tradicionales es posible hacer todo esto, pero en mi experiencia, el trabajo profesional que he hecho en los últimos 10 o más años no le ha cambiado la vida a nadie. El ser un emprendedor es el antídoto a esa inercia. Quiero ser emprendedor para poder tener un impacto en alguien más que yo mismo.
Volviendo al conferencista, después de terminada la clase, me acerqué y le agradecí el haber compartido sus historias y experiencias. Le dije que su charla me había motivado mucho, y que a mí también me gustaría poder hacer lo que él había hecho unos minutos antes: pararme en frente de una audiencia e inspirarlos.
Fue ahí donde el me dió el mejor consejo que he recibido:
“Para poder poder contar tu historia, tienes primero que empezar a escribirla”
No hay comentarios:
Publicar un comentario